Guía completa de cuidados para tus marantas: consejos y recomendaciones
El cuidado del mango es una parte importante para mantener sana y vigorosa tu planta. El mango, también conocido como el rey de las frutas, es una planta tropical que puede cultivarse tanto como planta de interior como de exterior. La planta es conocida por sus característicos frutos redondos y multilobulados, y es originaria de la India y el sudeste asiático. En este artículo repasaremos algunos consejos y recomendaciones para mantener sana y feliz tu planta de mango.
Dale a tu Maranta la cantidad adecuada de luz y temperatura
Las plantas de mango necesitan un ambiente cálido y húmedo para prosperar. Prefieren estar a la sombra parcial o total y deben alejarse de la luz solar directa y fuerte. La temperatura ideal para una planta de mango está entre 24 y 29 grados centígrados (75-85 grados Fahrenheit) durante el día y entre 15 y 21 grados centígrados (60-70 grados Fahrenheit) por la noche. Si las temperaturas son demasiado altas o bajas, la planta puede empezar a marchitarse y secarse.
Practica el riego y la fertilización regulares
La clave para mantener sana y vigorosa tu planta de mango es regarla y abonarla con regularidad. Hay que regarla una vez a la semana, o siempre que la superficie del suelo esté seca. También es buena idea colocar la planta en un plato de agua y dejar que las raíces absorban el agua. Además, es aconsejable regar la planta un poco más a menudo durante los meses más cálidos.
Abonar la planta de mango cada seis u ocho semanas con un abono líquido equilibrado también es importante. Hay que rebajar el abono a la mitad de su fuerza normal, ya que las plantas de mango pueden ser sensibles a la sobreabonado. Asegúrate también de comprobar el pH del sustrato y del abono, ya que una solución demasiado ácida o alcalina puede inhibir el crecimiento de la planta.
Sé consciente de las plagas y enfermedades
Las plantas de mango son relativamente resistentes a las plagas y enfermedades, pero sigue siendo importante ser consciente de los posibles problemas que puedan surgir. Algunas plagas comunes a tener en cuenta son la araña roja, los pulgones y las cochinillas. Para eliminar estas plagas, hay que pulverizar la planta regularmente con un jabón insecticida.
También es importante vigilar la planta para detectar enfermedades como la podredumbre de raíces y el antracnosis. El exceso de humedad y la mala circulación de aire pueden contribuir al desarrollo de estas enfermedades, por lo que asegúrate de mantener el suelo suelto y bien drenado. Además, es buena idea limpiar las hojas de la planta con un paño húmedo cada ciertas semanas para evitar el crecimiento de moho.
Trasplanta tu planta según sea necesario
A medida que crece tu planta de mango, es importante trasplantarla a una maceta más grande para proporcionar más espacio a sus raíces. La planta debe trasplantarse una vez cada 1-3 años, o siempre que las raíces empiecen a crecer más que la maceta. Asegúrate de utilizar una tierra de maceta que drene bien y una maceta que tenga orificios de drenaje en la base para evitar que las raíces se encharquen.
Conclusión
El cuidado del mango es relativamente fácil, ya que la planta suele requerir poco mantenimiento y ser resistente. Siguiendo unos sencillos consejos y recomendaciones, puedes mantener tu planta de mango sana y vigorosa durante años. Asegúrate de proporcionar a la planta la cantidad adecuada de luz y temperatura, vigila el riego y la fertilización, y estate atento a las plagas y enfermedades. Además, asegúrate de trasplantar la planta según sea necesario para proporcionarle el espacio adecuado para crecer.